domingo, 13 de febrero de 2022

Día 0. ¡Arranca la aventura teutona!

 Todo viaje que se precie empieza con un diseño de la logística con cierta antelación. Tras acordar que en el  trayecto Alcántara - Cáceres - Madrid lo haríamos en el vehículo de Rubén, nos dispusimos a hacer kilómetros acompañados de buena conversación y de las expectativas propias que se generan en un viaje de este tipo. Como bien es sabido, no hay ruta que se libre de un buen café que te mantenga bien despierto el resto del viaje. Pese al envidiable estado de forma de Rubén, como bien saben todos aquellos que participaron en la encuesta de Instagram, sucumbió a la tentación de un suculento donut de chocolate: no pasa nada, para predicar los hábitos de alimentación saludable hay que saber de lo que se habla, y la bollería industrial hay que conocerla desde dentro.







Proseguimos el viaje en la misma tónica y dejamos el coche en un parking de larga duración recomendado por nuestras amigas Lola y Luz, que ya lo usaron en su viaje a Italia. (Muchas gracias, la verdad es que muy cómodo).


Ya en el aeropuerto, llega el momento siempre tan esperado: fuera botas, fuera cinturón, vacía bolsillos,….rápido rápido. Inventarán algún día el “pasa-el-control-de-seguridad-pero-tómate-tu-tiempo”



Una vez pasados los controles de acceso al aeropuerto donde tuvimos que descalzarnos y Alejandro mostró al muy serio personal de seguridad calcetines Alcantaralios (cortesía del equipo Luz-Lola citado anteriormente) que nos dan una pista de los atrezzos que hemos traído en la maleta, buscamos un lugar cercano a la puerta de embarque donde matar el hambre y el tiempo. Aún teníamos dos horas. Enseguida sacamos las viandas, incluyendo unhealthies snacks de patatas fritas, coca cola y una tortilla de patatas del mercadona #luegoquesihuertoescolar #alimentoskm0. Tras comer y un café con leche laaaaaargo de café por favor, llegó el momento de embarcar. Puerta C46, que la tenemos al lado. Pues ale venga que somos priority. Qué bien, nunca he montado en un avión el primero. Pues hoy sí. Baja a la pista anda. Venga venga, ¡buah! si tenemos que ir en autobús de pista… Total que montamos como siempre en mitad de tabla (a pesar de que a Miguel le anunciamos con emoción que íbamos a ser los primeros…. Pues como que no).



Una experiencia nueva entre compañeros da para hablar de todo y echarse unas risas, y hablar de educacion, de música y cine, de otros viajes y amigos, de ostras se me pasó poner las guardias en la planilla de la sala de profes. Ostras a mi también  #compasporfaanotad. Y así hablando y hablando… y hablando y hablando notamos miradas teutona y estos no se callan… y dos horas y no se callan. Y tres horas y siguen hablando y riendo…. Y aterrizamos. La siesta no va con nosotros my friends.

Un viaje en avión, en el que a punto estuvimos de poner una hoja de reclamaciones: todos los vuelos de Ryanair te agasajan con botes de perfumes, cafés y snack a precio de oro. No fue así en esta ocasión, la venta de productos fue de una moderación que no se corresponde con nuestras experiencias anteriores. Bajar sin que te atraquen el bolsillo en un vuelo de una low cost ¡es intolerable! ¡Qué no se vuelva a repetir!


Ya fuera del aeropuerto buscamos un tren cercanías que nos condujo al hotel y desde el que escribimos esta crónica con música de fondo que queremos compartir con todos vosotros.


Seguimos trabajando, seguimos aprendiendo.






3 comentarios:

  1. ¡A por todas compañeros! Demostrad a esos alemanes de lo que somos capaces 😘

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  2. ¡Me encanta la crónica del primer día! ¡Buen vieje, compis! ¡Pasadlo bien! La canción muy apropiada (a pesar del ritmo reguetonero, je)

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  3. Bien hecho, chicos! Los viajes son para romper con todas las rutinas...desrutinarse también es sano!!😜 Enjoy!!😘😘

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