domingo, 16 de enero de 2022

Viaje a Estambul: día 0. "Un remolque, un 747 y... ¡Estambul!"

Alrededor de las 5 de la mañana del domingo comenzaba nuestra gran aventura. El autobús llegó a nuestros respectivos pueblos para recogernos con una especie de remolque para guardar las maletas que Claudia consideró como un tractor. Tras unas tres horas de viaje (en las que pensábamos que el remolque se iba a desenganchar e íbamos a perder las maletas), hicimos una parada para desayunar. Una vez con el estómago lleno retomamos nuestro camino, este no tan largo porque al subir al bus acabamos dormidos. 

Nada más llegar a Barajas y dejar nuestras maletas a cargo de la compañía aérea, Javier, Claudia y Carlos tuvieron que pasar por el test antidrogas aunque la policía no encontró nada sospechoso. Una vez todo en orden, el policía del siguiente control sorprendió (y riñó) a Paz por no tener las autorizaciones a mano, pero todo quedó en una agradable conversación en tono de broma. 

Al fin subimos al avión y nos llevamos una gran sorpresa cuando descubrimos que el avión era el doble de grande de lo que nos esperábamos. Nos pusieron macarrones y carne para comer, y nos dimos cuenta de que todos los objetos de Emma tienen un imán hacia el suelo, ya que su bollo de pan rodó hasta el final del avión. 


Después de 4 largas y entretenidas horas, en las que Claudia despertó a todo el avión con sus estornudos, llegamos a nuestro destino, donde Laura, Ana y Emma hicieron una amable amiga que nos ayudó a salir del aeropuerto.  Nos recogieron unas "limusinas" que nos dejaron en el hotel en el que tuvimos nuestra primera toma de contacto con los compañeros que nos acompañarán durante la próxima semana. 

Para acabar nuestro día, fuimos a cenar a un pub medio vacío, donde probamos nuestros primeros deliciosos platos turcos (kebab al estilo típico, entre otros), y en en el que nos animaron con música de discoteca y un espectáculo improvisado de chicas que estaban cenando a nuestro lado. Además, contamos durante la cena con la sorprendente compañía de un gato que andaba a sus anchas por el restaurante. La amabilidad de los estambuliotas ya quedó reflejada, puesto que nos invitaron a los entrantes (salsa de yogur y lentejas aliñadas típicas) y el postre (tres enormes bandejas de fruta), así como a pasarnos a tomar un té gratis siempre que queramos.



Por último, volvimos al hotel para descansar y tomar fuerzas para el primer día de actividades en Estambul.

¡Seguimos trabajando, seguimos aprendiendo!

Laura, Ana, José María, Carlos, Emma, Clauda, Javier, Paz y Miguel. 

8 comentarios:

  1. Genial!! Y esa comida tiene mejor pinta que la polaca... 😜 Disfrutadlo mucho!! 😘

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  2. Disfrutad de esta bonita experiencia! 😘

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  3. Seguro que será una experiencia inolvidable y enriquecedora.
    A disfrutarla!!

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  4. A disfrutar de esa maravillosa tierra!
    Si podéis, no os vengáis sin montar en globo por la Capadocia, es una experiencia inolvidable. Un abrazote

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