miércoles, 10 de noviembre de 2021

Viaje a Cracovia: día 4. Una mina, la torre Eiffel polaca y un oscuro distrito minero.

Nuestro cuarto día empezó con un viaje en autobús a la provincia de Silesia, una de las más conocidas por su patrimonio industrial y minero, reconocido por la UNESCO. Había mucha niebla y, al no poder ver nada (también por el madrugón), la mayoría de la gente se quedó dormida. En esta ocasión el desayuno era para llevar: un plátano, un yogur y unos mini bocadillos. 

El sitio que visitamos esa mañana fue la mina de Guido (pronunciado Güido). Al llegar nos dividieron en dos grupos grandes, repartieron cascos para todos, y bajamos a la mina por separado.

Primero nos enseñaron el mecanismo del ascensor con el que se descendía, y después montamos en él para ir al primer piso, que estaba a unos 170 metros bajo tierra.


Allí vimos el lugar en el que vivían los caballos que antiguamente trabajaban en la mina tirando de los carros, lo cual dejó de suceder en torno a 1950.

Después, nuestra guía nos explicó cómo trabajaban los mineros en aquel lugar y también cómo funcionaban los mecanismos que controlaban el agua.

Aprendimos que la mina de carbón más profunda está a 1.300 metros, más de un kilómetro bajo tierra.

También vimos la indumentaria de los mineros, entre esta, sus cascos, que contaban con plumas de colores que indicaban la función que correspondía a quien las llevaba.


Ya en el segundo nivel, a 320m de profundidad, pudimos tener la experiencia de picar en la mina como auténticos mineros. Fue en esta parte de la visita donde el archiconocido Pablo S. mostró sus dotes de minero picando la roca, lo cual se grabó gracias al trabajo de  nuestro gran cámara-professore Miguel (como dice el famoso Giuseppe).

Poco antes de volver a la superficie, pudimos incluso montar en un tren minero moderno, y comprobamos que hasta en las minas polacas el tren es mejor que en Extremadura. Aquí fue donde nuestro teacher nos deleitó con el gran chiste de la barandandandandilla.


La mina que visitamos pertenece al gobierno, y antes trabajaban en ella 600 personas, mientras que en la mina de Queen Liza trabajaban 10.000 personas.

Después de comer un delicioso puré de verduras y unos riquísimos pierogis que estaban tan buenos que algunos prefirieron comer sal para que no se terminaran (nótese el GRAN sarcasmo),  nos dirigimos a la estación de radio de Gliwice, hogar de la torre Eiffel made in Poland (créditos para Jimena y Giuseppe) y allí aprendimos la historia de este sitio, que se considera el lugar en el que empezó la Segunda Guerra Mundial.


Poco antes de la guerra, Polonia tenía un acuerdo con las grandes potencias de Francia e Inglaterra para luchar unidas en caso de guerra contra Alemania, pero con la condición de no atacar primero. Para forzar la ruptura del pacto, los servicios secretos alemanes se hicieron pasar por polacos que invadían esta área y lo retransmitieron por radio para que franceses e ingleses pensaran que la tregua se había roto. Fue en la entrada forzosa a la estación de radio cuando murió la primera víctima de este gran conflicto, Franz Honiok. El conflicto armado comenzó un día más tarde, y dos días después Francia y Reino Unido entraban a la guerra al lado de Polonia, ya que no se creyeron el engaño.


La visita estuvo guiada en todo momento por un señor de aspecto muy siniestro que nos incomodaba un poco.

Al salir de la estación tuvimos que realizar unas actividades junto a nuestros grupos en las que tuvimos que fomentar nuestras capacidades artísticas dibujando con rotuladores nubecitas, florecitas, solecitos... mientras que otros simplemente se dedicaban a la apreciación de nuestro arte.


Y cómo no, nuestro día continuó con un suceso que hizo que nuestra merienda se truncara, ya que la leche de los termos estaba cortada y no hubo manera de aprovecharla (mención especial aquí a los Spanish boys).

Por último nos acercamos al barrio minero de Katowice, donde no pudimos ver mucho debido a la oscuridad de sus calles, aunque parecía un lugar

muy bonito.


Tras un breve paseo, volvimos al bus para regresar a Cracovia, donde nos dirigimos al hotel a cenar algo de MARAVILLOSO embutido y descansar para la dura jornada (física y mentalmente hablando) que tendríamos el día siguiente.


¡Seguimos trabajando, seguimos aprendiendo!

Clara, Javier, Jimena, Lorena, María, Pablo M., Pablo S., Paz y Miguel.

2 comentarios:

  1. 👏👏👏👏 fantástico, un viaje muy aprovechado.
    Ánimo ,que no decaigan las fuerzas,
    ¡ Ya queda poco!!

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  2. Un día más muy bien aprovechado, por lo que leo. Bien hecho!! 😜

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