El tercer día empezó con una maravillosa noticia que nos alegró la mañana. Después del desayuno de ayer nos esperábamos lo peor, sin embargo había TORTITAS CON CHOCOLATE y un croissant para desayunar. Estaban muy ricas y mientras degustamos el delicioso tentempié, el no archiconocido (todavía) Pablo Montes, alias "el especialito", en lugar del croissant, bañó los cordones de la sudadera en su taza de leche. Por suerte, el incidente no tuvo importancia.
Después fuimos al centro histórico de Cracovia, donde nos volvimos a dividir en grupos en los que un estudiante polaco (uno por agrupación) nos guiaba por la zona. Aquí descubrimos la belleza del patrimonio de la UNESCO de esta área, asi como su historia.
En el grupo de María (la que atrae sucesos extraños cual ouija mal hecha), nuestro gran amigo común, ídolo italiano y superestrella internacional Giuseppe nos mostró su enorme capacidad adivinatoria con la que antes de escuchar la pregunta formulada por la guía para los retos, era capaz de saber la respuesta. Magia.
Después de las actividades de la mañana nos dirigimos a un restaurante de comida tradicional polaca: queso a la parrilla que más sabía a humo que a otra cosa, pierogi, que son una especie de empanadillas de carne hechas con una masa blandurria pero que a pesar de eso estaban MUY buenas, y obviamente, como contamos con la presencia de nuestros especialitos, nuggets de pollo.
Muy rico todo, aunque nos dio tiempo a quemar toda la comida mientras subíamos todos los tramos de escalera que había desde el comedor del restaurante hasta la torre de la catedral de Wawel, un sitio muy bonito, aunque lo que más nos llamó la atención era que había una campana GOOOORDA, MUY GOOORDA.
Cuando terminamos, fuimos hacia una estatua con forma de dragón y allí Miguel y Paz estuvieron haciendo el saltimbanqui hasta que escupió fuego. Los alumnos extranjeros se preguntaban quiénes eran, y nosotros respondíamos ✨nuestros profesores ✨.
¿Qué por qué había un dragón? Porque cuenta la leyenda que un plebeyo zapatero quería casarse con la hija del rey, y para ello decidió enfrentarse al dragón que aterrorizaba al reino de Krak (de ahí el nombre de la ciudad), pero lo hizo de manera inteligente, y no por la fuerza como el resto de caballeros: dio de comer al dragón una piel de cordero rellena con altas dosis de azufre, lo que obligó al dragón a beber mucha agua del río Vístula y acabó reventando. Por supuesto, el rey dio su consentimiento al matrimonio finalmente.
Más tarde, mientras ellos asistían a una reunión, nosotros tuvimos tiempo para comprar algunos souvenirs como imanes, chapas, postales y, cómo no, la típica sudadera de Universitas Cracovia (llegamos a ver sudaderas en las que ponía Universitas Torremolinos).
Al dirigirnos hacia otra tienda de recuerdos, nos encontramos a la cantante del bar del día anterior, a la cual Pablo Montes reconoció y gritó su nombre en medio de la plaza.
Después nuestros profesores se unieron a nosotros y buscamos un sitio para cenar.
En esta ocasión, acabamos casi sin darnos cuenta en un restaurante croata y tuvimos algunos problemillas a la hora de recordar nuestros pedidos, aunque la comida estaba buenísima. Al final alargamos tanto la cena que cerraron el local media hora tarde.
Por último, algo que olvidamos destacar ayer fue que conseguimos enseñarles a nuestras amigas griegas la expresión española "cositas" (se usa cuando hay un silencio incómodo), que hemos descubierto que utilizan incluso en sus conversaciones en griego.
¡Seguimos trabajando, seguimos aprendiendo!
Clara, Javier, Jimena, Lorena, María, Pablo M., Pablo S., Paz y Miguel.
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