domingo, 7 de noviembre de 2021

Viaje a Cracovia: Día 1. Un contratiempo, un largo viaje y... ¡Cracovia!

Las 12 de la noche fue la hora acordada para partir en esta aventura, pero las primeras noticias vinieron unos minutos antes. Una llamada nos avisaba de nuestro primer contratiempo: el autobús no arrancaba. Por suerte, nuestros conductores, Martín y Manolo, supieron resolver el problema de manera rápida y efectiva. 

Tras un viaje sin incidentes al aeropuerto Adolfo Suarez-Madrid Barajas, llegó el momento de facturar maletas y pasar controles, por suerte también sin problema alguno (a esa hora había muy poco tránsito, tanto en la carretera como en el aeropuerto, lo cual facilitó el proceso).

Una vez localizada la puerta de embarque, tuvimos por fin un pequeño momento de descanso. Café/ColaCao para reponer fuerzas, que hubo quien derramó y se manchó la sudadera (blanca) impoluta (hasta ese momento). Verdad, ¿Lorena? (Pablo Montes también fue víctima involuntaria del suceso).

Tras un par de horas de espera, pudimos embarcar en el primer avión, destino a Ámsterdam, donde tuvimos que esperar 4 horas para poder coger el siguiente. Esto nos proporcionó el tiempo suficiente para dar un paseo, comer algo (que no falten los cacahuetes con miel ni las galletas con chocolate), descansar un poco, y comprar algún que otro recuerdo. 

Si podemos dar un consejo a los compañeros que viajen en la siguiente movilidad es que se lleven bocadillos de casa… ¡Los precios en los aeropuertos son prohibitivos! (Una botella de agua de 750ml y un sándwich pequeño... ¡casi 10 euros!).

A eso de las 2 del mediodía se abrieron las puertas de embarque al segundo y último avión, al que accedimos en autobús, y que nos llevó por fin a nuestro destino… ¡Una Cracovia nocturna a las 16:30 de la tarde! 



Por fin podíamos decir que habíamos llegado, tras 16 horas de viaje, aunque todavía nos quedaba el traslado del aeropuerto al hotel. No queremos generalizar, pero la primera impresión es que en Cracovia la conducción no es la mejor de todas.

Y cuando pensábamos que ya no habría más sorpresas... llegamos al alojamiento para descubrir que no era lo que esperábamos (aunque no esperábamos mucho), y que había habido un cambio en la distribución de algunas de las habitaciones respecto a lo que había programado.

Decidimos entonces ir a conocer el restaurante donde desayunaremos todos los días, y a dar una vuelta por la Plaza del Mercado de la ciudad. ¡Al menos un buen colofón a esta dura jornada!



Por último, volvimos al alojamiento a dar el día por concluido, ya que nos lo merecimos con creces. Pero allí todavía tuvimos la última sorpresa: pudimos conocer a muchos de nuestros compañeros de Grecia y Turquía, con los que compartiremos esta gran experiencia.


¡Seguimos trabajando, seguimos aprendiendo!

Clara, Javier, Jimena, Lorena, María, Pablo M., Pablo S., Paz y Miguel.


10 comentarios:

  1. Ánimo chicos, se ve que los contratiempos no os detendrán para conseguir vuestros objetivos.
    ¡A disfrutar de la experiencia!.

    ResponderEliminar
  2. Buenas experiencias 😉😉😉😉

    ResponderEliminar
  3. Espero que además de inolvidable sea una experiencia gratificante!!Disfrutad mucho chic@s!!!

    ResponderEliminar
  4. ¿Quién dijo contratiempos?
    !!Con vosotros no podrán!! 😅😅😅🥰🥰🥰

    ResponderEliminar
  5. Qué sería de una gran aventura sin un pequeño contratiempo al principio como un autobús que no arranca o una sudadera manchada. Eso es garantía de que la experiencia será estupenda.

    ResponderEliminar